Hablemos de los procesadores como si fuese una maratón, si deseas correr 100 metros y dar el mejor tiempo y potencia en los primeros 50 metros podemos elegir ciertos procesadores sabiendo que no es igual arrancar rápido con potencia y el mantener una constante velocidad durante el maratón.

El procesador de AMD basado en Zen es el chip de consumo más potente del mercado, las CPU Intel ofrecen el mejor rendimiento a un precio asequible. Así que, aunque AMD puede ser la mejor CPU en términos de potencia total, la gama de CPU de 13ª generación de Intel ofrece la mejor relación calidad-precio y es más que suficiente para la mayoría de los usuarios.

La AMD Ryzen 7 7700X más asequible ofrece un mejor equilibrio entre precio y rendimiento. Pero en este punto de precio más bajo, el chip de AMD se ve superado (en las pruebas multihilo) y superado (en núcleos) por la Intel Core i7-12700K. Y con el lanzamiento de Intel Core i7-13700K, que incorpora 16 núcleos y admite hasta 24 hilos, Intel está dispuesta a ampliar su dominio en el mercado de segmento medio.

Aunque tanto AMD como Intel son descendientes de Fairchild Semiconductor, la principal diferencia entre las dos empresas es que Intel tiene unos flujos de ingresos mucho más fuertes y un presupuesto en I+D más elevado. Esa ventaja financiera, junto con la eficiencia y sofisticación de los chips de Intel, ha dejado a menudo a AMD en apuros para competir.

Debido a su arquitectura de núcleo, los procesadores AMD son más adecuados para cargas de trabajo multitarea pesadas, se puede aumentar su frecuencia de reloj fácilmente y consumen menos energía.

La principal desventaja de las CPU AMD es que suelen tener un rendimiento mononúcleo inferior al de los procesadores Intel, lo que los hace menos adecuados para los juegos de alto rendimiento. También tienden a generar más calor cuando realizan tareas de alta intensidad.

En resumen el mejor procesador para un nuevo portátil puede acabar viniendo de cualquiera de las dos compañías, y es bastante fácil conseguir un portátil con sus CPU de última generación. Los usuarios habituales tienen suficiente con una CPU de Intel o AMD de nivel medio; por ejemplo, la i5s y la Ryzen 5s, ideales para cualquier persona que no utilice un software exigente o especializado. Los que se pasan la vida en una sala de edición de vídeo o jugando a Assassin’s Creed: Valhalla harían bien en optar por una Ryzen 7 o i7.